a

Lorem quis bibendum auci Lorem gravida nibh vel velit auctor aliquet. Aenean sollicitudin, lorem quis bibendum auci elit consequat ipsutis sem nibh id elit. Duis sed odio sit amet nibh vulputate cursu. Ut enim ad minim veniam.

Follow me on instagram

© 2020 Flowrece

ASTEYA: ALGO MUCHO MÁS QUE “NO ROBAR”

Asteya es el tercer yama de los 5 yamas de los Yoga Sutras de Patanjali. 

Sin embargo, al igual que los otros yamas y niyamas, «no robar» significa mucho más que no tomar físicamente algo de otra persona…

¿Qué es asteya?

Asteya es el tercer yama del yoga (los principios éticos). 

Significa “no robar” pero en la práctica se refiere a la satisfacción resultante de no necesitar tomar de los demás lo que no te pertenece y para ello se requiere mucha confianza y autoconocimiento.

No solo nos referimos a objetos o cosas que no son nuestros, sino también a los pensamientos, ideas y sueños de otros

¿Por qué necesitamos asteya?

¿Qué nos lleva a “tomar de los demás”?

«No soy lo suficientemente buena….»

La necesidad de robar surge esencialmente por la falta de fe en ti misma para poder crear lo que necesitas por ti misma. 

En el momento en que sentimos una sensación de «carencia» en la vida, surge el deseo, la necesidad y la codicia. 

Empezamos a buscar algo para llenar esa sensación de vacío y a menudo sentimos que todos los demás tienen lo que nosotros queremos.

Carencia, inseguridad, deseo, sensación de estar «incompleta»… ¿te suena familiar?

Todos hemos estado ahí. Esa sensación de que nos falta algo

¿Cómo poner asteya en tu día a día?

Cuando aún no confiamos o no tenemos desarrollada nuestra voz interna (nuestra esencia), es muy fácil asumir las ideas de los demás como propias, y de alguna forma, acabar pensando que son nuestras, a pesar de que en la mayoría de los casos no nos sintamos bien adoptándolas.

Así, en nuestro día a día muchas veces “robamos” los pensamientos de los demás con el objetivo de cambiar la percepción que puedan tener sobre nosotros.

¿Cómo? 

Cuando nos justificamos (recuerda que quien te quiere no necesita tu justificación, te quiere sin más, por ser tú), cuando halagamos para que piensen bien de nosotros mismos, cuando nos sentimos atacados y necesitamos defendernos… 

Tenemos todas estas reacciones (que no respuestas) simplemente porque anticipamos que la otra persona no está de nuestra parte. Estamos robando ideas que no nos pertenecen, de otros o que ni siquiera existen. 

Para “no robar” queremos ser responsables, es decir, saber cuándo algo merece una respuesta. Y el verdadero poder es saber que no todo requiere una respuesta, nuestra atención o conciencia. La habilidad de ser conscientes y centrarnos en lo que queremos elegir ya es sanadora. 

Ese mensaje que recibes y que hace que te tenses, el “corte” que te metió un compañero, el comentario de tu tía sobre tu atuendo, la crítica de alguien que no entiende tu arte… eso les pertenece a ellos. No robes lo que no es tuyo. Solo es tuyo cuando decides que el hecho requiere una respuesta, algo que nunca fue responsabilidad tuya. 

En palabras de Viktor Frankl: “Entre el estímulo y la respuesta existe un espacio. En este espacio se encuentra nuestro poder para elegir la respuesta. Y en nuestra respuesta descansa nuestra libertad y nuestra capacidad para crecer como personas”.

Ejercicios para aplicar asteya a tu vida

Se que esto no es nada fácil y que es un viaje continuo (pero emocionante).

Por eso, a continuación, te propongo una serie de pautas para comenzar a discernir cuándo algo viene de nuestro interior o no

Ejercicio 1: escribe una lista de tus valores

¿Qué valoras? ¿Cómo estás actuando de forma contraria a tus valores? 

Identifica qué estás haciendo que no te es de ayuda. 

¿De qué comportamientos o reacciones quieres hacerte responsable y tomar conciencia para cambiar?

Ejercicio 2: no te montes películas

Quédate en los hechos en sí, no añadas argumentos a tu “película”. 

Cuando te sientas atacada, irascible… recrea la situación que crees que desencadenó todo de la forma más neutral posible.

Por ejemplo: “Fulanito no me cogió el teléfono” –> No robes miedos de tu entorno o de tu mente que solo te harían escalar como “no me cogió el teléfono porque piensa que soy una pesada”.

Fuente: escalera de inferencia de Pilar Jericóhttps://www.pilarjerico.com/escalera-de-inferencia-o-como-surgen-los-malos-entendidos/#

Como ves, cada principio ético tiene como finalidad la claridad y el bienestar, y es que esto es yoga en su esencia más pura, autoconocernos para adoptar prácticas que nos ayuden a cesar las fluctuaciones de la mente (Patanjali). 

Cómo practicar asteya en tu esterilla de yoga

¿Te llevas al límite en tu práctica de yoga porque tienes miedo de no ser lo suficientemente buena? 

La palabra yoga significa “unir”, “conectar”, en definitiva, llegar a “ser completo”, así que practicando cada aspecto del yoga dentro y fuera de la esterilla, puedes aprender a sentir que ya tienes lo suficiente, que ya eres suficiente tal y como eres, todo está dentro de ti.

Incluso sin darnos cuenta, suele haber una pequeña parte de nosotros que empieza con las mejores intenciones, pero que, a mitad de la clase, empieza a tentarnos para que practiquemos la forma en que una postura «debería» verse, en lugar de cómo se siente. 

Cuando nos centramos continuamente en empujarnos un poco más allá de ese «límite» para conseguir una postura, no sólo nos privamos de una práctica sostenible y natural, sino que nos privamos de poder estar presentes con la postura y con nosotros mismos tal y como son las cosas en ese momento.  

Ábrete y acepta tu práctica exactamente cómo es en ese momento en la esterilla, así nunca tendrás que sentir que estás atrás si algunos asanas están un poco fuera de tu alcance en ese momento. 

No son las posturas que podemos hacer las que definen nuestra práctica, sino la cantidad de conciencia que aportamos a ellas.

Conclusión

Empieza a practicar asteya dentro y fuera de tu esterilla de yoga.

Y deja que todas tus virtudes y habilidades broten en ti sin esfuerzo.

Profe de yoga y yogui convencida de que la vida siempre tiene un lado amable para nosotros, solo hay que saber mirar. Entusiasta por naturaleza, amante de los idiomas, las culturas y el saber.