Meditación: cómo la respiración calma la ansiedad
¿Qué es lo primero que alguien te dice cuándo estás nerviosa?
Eso es: respira.
Por supuesto, esto puede ser frustrante porque sencillamente ¡no sabes cómo!
La meditación te ayuda a aprender a centrar tu atención en la respiración para poder calmar cuerpo y mente.
Si padeces ansiedad (y quién no en estos tiempos) meditar se puede convertir en una gran aliada para enfrentarte a tus pensamientos negativos y relajarte. Y el primer paso está en la respiración.
Por eso, en esta meditación de hoy la respiración va a ser nuestro ancla para llevarte a un estado de calma y paz mental.
Y lo bueno es que, como respirar respirar en todos sitios, puedes practicar esta sencilla meditación en cualquier sitio: en el bus de camino al trabajo, en la cola del supermercado, en tu escritorio antes de contestar a ese email que te pone de los nervios….
¿Cómo reducir la ansiedad con la respiración?
Cuando tienes ansiedad, el cuerpo está estresado. ¿Y esto qué quiere decir? Tu cuerpo procesa el estrés como pánico: entra en modo instintivo de huir o luchar.
Cuando tienes pánico hiperventilas, es decir, la respiración se vuelve corta y superficial. Esto provoca que los niveles de oxígeno y CO2 se desequilibren.
Las técnicas de respiración que utilizamos en meditación se centran en estabilizar el ritmo de la respiración. Las meditaciones guiadas te ofrecen un ritmo que poder seguir y así te ayudan a reconectar con tu respiración y equilibrarla.
Ejercicios de respiración para la ansiedad
En los momentos de gran ansiedad o pánico, es difícil encontrar el ritmo de respiración que te calme.
Una técnica de respiración te calmará rápidamente pero, sin la guía, puede parecer imposible en el momento.
Una técnica general de respiración profunda consiste en inspirar durante cinco segundos, mantener la respiración durante dos segundos y exhalar durante siete segundos.
Puedes comenzar un poco más rápido e ir ralentizando la respiración a medida que te vas relajando.
Piensa en empezar algo más rápido para coger el ritmo más fácilmente, y luego lo ralentizas gradualmente hasta llegar al ritmo más adecuado para ti
Bueno, pues ya estás listo ¿no?… no tan rápido.
Necesitas práctica. Cuando te encuentras en una situación de estrés o pánico es cuando es más difícil profundizar en tu respiración.
Por ello, lo mejor es practicar en situaciones normales y de forma constante.
La meditación es esa práctica que te va a permitir poco a poco ir conociendo tu respiración y aprendiendo a usarla para calmarte cuando más lo necesites.
Esta sencilla meditación es una buena manera de empezar.
Esperamos de todo corazón que te ayude 🙂 .