savasana: por qué es la postura más complicada
Los yoguis dicen que la postura del cadáver (savasana) es la más fácil de ejecutar, pero la más difícil de dominar.
Porque una cosa es controlar el cuerpo y otra diferente es controlar la mente.
Visto desde fuera, alguien que mire a una clase de yoga y nos vea a todos tirados en el suelo pensará: “¡si no están haciendo nada!” Pero tú y yo sabemos que por dentro pasan muchas cosas.
Sigue leyendo y descubre por qué savasana es mucho más de lo que parece.
¿Qué es savasana?
Savasana o la postura del cadáver es una asana restaurativa que siempre se realiza al final de cada práctica de yoga como medio de relajación e integración.
Algunas escuelas de yoga también la utilizan para calmar el cuerpo y la mente al comienzo de una clase y a veces se practica a veces entre posturas para calmar el sistema nervioso, como en Sivananda o en Yoga Terapéutico.
El término deriva de dos raíces sánscritas: shava, que significa «cadáver» y asana, que significa «asiento» o «postura».
Aunque el objetivo de savasana es dar descanso al cuerpo y a la mente, en realidad se considera una postura algo activa en la que el practicante debe permanecer plenamente consciente y no dormirse.
Los beneficios de savasana
La práctica de savasana en yoga puede ayudarte a alcanzar un estado de relajación profundo. Cuando nos tumbamos en la postura del cadáver, los músculos se relajan, los hombros y las mandíbulas se aflojan y los ojos se aflojan, llevándote a un estado mental de calma.
Entre los beneficios de practicar savasana se encuentran:
- Calmar el sistema nervioso
- Promover la ecuanimidad en todo el cuerpo
- Aliviar la depresión leve
- Disminuir la presión arterial alta
- Reducir el dolor de cabeza
- Disminuir la fatiga
- Mejorar el insomnio
Savasana y sueño
Si tienes insomnio, practicar savasana antes de dormir puede mejorar la calidad del sueño.
Cuando te acuestes en la cama, colócate en la posición del cadáver de la misma manera que lo harías en la esterilla. Relaja la mente durante varios minutos.
Por qué savasana es tan difícil
Esta postura no es tan sencilla como parece. Ya sé lo que estás pensando, “si solo tengo que tumbarme, !eso lo hace cualquiera! Pues no es tan fácil, savasana va más allá.
En realidad, la postura del cadáver es todo un reto.
Y es que el cuerpo no para de distraernos: que si me da frío, que si me pica la nariz, que me molesta la espalda… Por eso hacemos savasana al final de la práctica de yoga. Para cuando hayas terminado las asanas (posturas), tu cuerpo y tu mente deberían estar lo suficientemente cansados como para poder relajarse lo suficiente en savasana.
Y aunque consigas relajar el cuerpo, aún queda lo más difícil: relajar la mente.
Si has probado meditación, ya sabes lo complicado que es frenar los pensamientos que nos asaltan constantemente: “¿qué voy a hacer para cenar? ¿Qué habrá querido decirme X con…? Tengo que contestar al email, ¿Cuánto queda? Tengo hambre…”
Todos hemos estado ahí. Es normal. Vivimos tan rápido y estamos tan empeñados en ser productivos que nos cuesta aprender a “no hacer nada”, a simplemente estar ahí, en el momento presente.
Cómo hacer savasana
Como ya hemos visto, savasana tiene mucho más de lo que parece a simple vista.
Vamos a ver cómo hacerla correctamente y todas las cosas que hay que tener en cuenta.
¿Por qué se hace savasana al final de la clase de yoga?
Por lo general, debes entrar en savasana al final de la práctica de yoga para integrar los beneficios de las posturas anteriores.
Después de trabajar en nuestra secuencia de asanas, los músculos de todo el cuerpo se relajan y mente y cuerpo conectan. Además, al quedarnos en savasana haremos que la sensación de calma y tranquilidad que ganamos en yoga se quede con nosotros durante más tiempo.
Otras de las razones por las que se practica savana al final de clase es porque esta postura nos permite alcanzar un nivel de relajación que nos aleje de la cháchara de nuestra mente y nos acerque a nuestro subconsciente.
¿Cuánto tiempo tengo que quedarme en savasana?
Mantén la asana durante un mínimo de cinco minutos. Para tener mejores beneficios, te recomiendo quedarte en savasana unos 10-20 minutos. Puedes estar en savasana tanto tiempo como quieras, no hay límite.
Cuanto más practiques más fácil te será permanecer relajado y anclado en el presente.
La práctica de savasana puede variar según el tipo de yoga que practiquemos. En Yoga Restaurativo o Yoga Nidra, donde el principal objetivo es una relajación profunda, mantendremos savasana durante periodos de tiempo bastante largos. Por el contrario, cuando savasana se utiliza como una postura de descanso entre otras asanas, normalmente sólo se mantiene durante un minuto más o menos.
Savasana paso a paso
- Acuéstate sobre la espalda con las piernas extendidas.
- Mantén la cabeza en el centro, sin dejarla caer hacia ningún lado.
- Extiende los brazos hacia los lados, con las palmas de las manos mirando hacia arriba.
- Permite que las piernas se abran a los lados, deja caer los pies hacia afuera.
- El cuerpo debe estar simétrico, aunque lo más importante es que encuentres equilibrio y armonía en la postura, que puedas rendirte a ella y relajarte por completo.
- Cierra los ojos.
- Relaja todo el cuerpo. No hagas nada. Solo relájate y siente. Disfruta de cómo te sientes en este momento. Nada más importa.
Respiración en savasana
La respiración en savasana es sencilla, simplemente déjala estar. Sigue su curso natural.
Se consciente de cada movimiento de la respiración, pero no intentes controlarlo.
Modificaciones en savasana
Si notas tensión en la parte baja de la espalda, túmbate con las rodillas dobladas. También puedes usar cojines o un bolster de yoga para apoyar las rodillas sobre ellos y dejar las piernas inertes.
Si esto aún te resulta incómodo, puedes colocar las piernas sobre una silla frente a ti.
Puedes usar una manta doblada o un cojín para la cabeza o una funda para taparte los ojos si así vas a estar más cómodo. Tenlo todo preparado y a mano para poder ir directamente a la postura del cadáver después de tu práctica de yoga.
Si estás embarazada, savasana puede no ser recomendable. En ese caso, puedes ponerte de lado con un cojín entre las piernas.
Conclusión
Presta a tu savasana la misma atención que le das a cualquier otra postura de tu práctica de yoga.
Si practicas con constancia en tu esterilla, te resultará más fácil poder alcanzar ese nivel de calma y paz mental en tu vida diaria.
Al fin y al cabo, ¿no es esa la razón por la que practicamos yoga?