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© 2020 Flowrece

¿Por qué hacer yoga? 16 beneficios de la práctica

Todos empezamos en yoga por alguna razón. 

Para mí fue para ganar flexibilidad. Tenía 22 años y no me tocaba los pies, «¿cuando tenga 60 qué? ¿El yoga te vuelve flexible, no? Pues eso voy a hacer.»

Otros motivos por los que se suele empezar a hacer yoga son ponerse en forma, mejorar la movilidad, reducir el estrés o controlar la ansiedad.

Sea lo que sea que te lleve a la esterilla, cuando te subes y sigues practicando, con el tiempo descubres tantísimas cosas que no te imaginabas que cuando te das cuenta el yoga se ha convertido en tu estilo de vida. 

Cuando te levantas por las mañanas el cuerpo te pide que practiques y durante el día pones atención plena en lo que haces y lo que sientes. Y ya no hay vuelta atrás. 

Si estás pensando lanzarte a probar yoga, ¡no te lo pienses más!

Aquí tienes 16 razones por las que empezar a hacer yoga.

Beneficios para el cuerpo:

1. Mejora la flexibilidad

Durante tu primera clase de yoga, probablemente no serás capaz de tocarte los dedos de los pies. No pasa nada. Si sigues practicando irás notando cómo el cuerpo se va aflojando poco a poco y, al final, las posturas que te parecen imposibles serán posibles. 

Además, también empezarás a notar que los dolores y molestias empiezan a desaparecer. No es casualidad. Al estirar el cuerpo libera tensiones acumuladas. Las caderas tensas pueden forzar la articulación de la rodilla debido a una alineación incorrecta del muslo y las espinillas. Los isquiotibiales tensos pueden provocar un aplanamiento de la columna lumbar, que puede causar dolor de espalda. Y la inflexibilidad de los músculos y el tejido conjuntivo, como la fascia y los ligamentos, puede conllevar una mala postura.

2. Ganas musculatura

Unos músculos fuertes nos protegen de afecciones como la artritis y el dolor de espalda. Hay muchas formas de ganar musculatura, pero cuando lo haces mediante el yoga, la equilibras con la flexibilidad. Podrías desarrollar la fuerza sólo con ir al gimnasio y levantar pesas, pero lo harías a expensas de la flexibilidad.

3. Perfecciona la postura y protege la columna

Párate a observar a la gente pasar por la calle. Verás qué montón de personas tienen mala postura. El cuello caído hacia adelante es como una epidemia, ¡gracias móviles!

Una mala postura puede causar problemas de espalda, cuello y otros músculos y articulaciones. 

Cuando no tienes buena postura te desplomas y el cuerpo puede compensar aplanando las curvas normales hacia dentro del cuello y la espalda baja. Esto puede causar dolor y artritis degenerativa de la columna vertebral.

Las posturas de yoga hacen que vayas liberando tensiones y que vayas ganando una mejor postura. Además, ganas conciencia de tu cuerpo y cuando estés parado o sentado en una mala postura ¡lo notarás!

4. Refuerza las articulaciones, cartílagos y huesos

Cada vez que practicas yoga, llevas tus articulaciones a través de su rango completo de movimiento. Esto puede ayudar a prevenir la artritis degenerativa al activar zonas del cartílago que normalmente no se utilizan. 

El yoga ayuda a fortalecer los huesos al hacer que levantes tu propio peso. Muchas posturas de yoga requieren que sostengas tu peso corporal del todo, como chaturanga, o parcialmente, como el Perro boca abajo y boca arriba, que  ayudan a fortalecer los huesos de los brazos.

5. Un corazón más sano

Hacer ejercicios de cardio regularmente es fundamental para reducir el riesgo de infarto o problemas cardiacos (además, puede aliviar la depresión). Si buscas un tipo de yoga que te haga sudar y elevar tu frecuencia cardiaca prueba clases de Vinyasa o de Ashtanga. 

Aunque no todo el yoga es aeróbico, cualquier tipo de yoga te ayudará a mejorar la circulación. Las posturas de torsión extraen la sangre venosa de los órganos internos y permiten que la sangre oxigenada fluya una vez liberada la torsión. Las posturas invertidas (como el cuervo, la vela o sirsasana) aumentan el flujo de sangre en las piernas y la pelvis hacia el corazón, donde puede ser bombeada a los pulmones para ser oxigenada. Estas asanas sientan bien si tienes hinchazón en las piernas.

6. Mejora el sistema inmune

Numerosos estudios ya avalan que la meditación ayuda a regular el sistema inmune.

Cuando practicas yoga contraes y estiras los músculos y se mueven los órganos. Esto hace que se drene la linfa (un líquido viscoso rico en células inmunitarias), lo cual ayuda al sistema linfático a combatir las infecciones, destruir las células cancerosas y eliminar los productos de desecho tóxicos del funcionamiento celular.

7. Mejora el equilibrio

La práctica regular del yoga aumenta la propiocepción (la capacidad de sentir lo que hace tu cuerpo y dónde está en el espacio) y mejora el equilibrio. 

Las personas con mala postura o patrones de movimiento disfuncionales suelen tener una mala propiocepción, que se ha relacionado con problemas de rodilla y dolor de espalda. Un mejor equilibrio podría significar menos caídas (algo importante para las personas mayores). Para el resto de nosotros, asanas como la postura del árbol pueden hacer que nos sintamos menos tambaleantes dentro y fuera de la esterilla.

8. Te enseña a respirar mejor

Los yoguis tienden a hacer menos respiraciones de mayor volumen, lo que relaja, además de ser una respiración más eficaz. El yoga mejora el volumen máximo de la respiración y la eficacia de la exhalación

Beneficios para la mente:

1. Te da bienestar

Está demostrado que practicar yoga regularmente ayuda a aliviar la tristeza y la depresión. ¿Cómo? Esta práctica provoca un aumento significativo de los niveles de serotonina y una disminución del cortisol y la monoamino oxidasa, una enzima que afecta negativamente a tus neurotransmisores.  

A su vez, se ha visto que estas respuestas aumentan la actividad en el córtex prefrontal izquierdo del cerebro, lo que se ha correlacionado con mayores niveles de felicidad y una mejor función inmunitaria. En resumen: ¡el yoga te hace sentir mejor!

2. Te lleva a crear un hábito de vida saludable

Para empezar, el yoga te ayuda a crear el hábito de moverte y hacer ejercicio. Pero la práctica va más allá de la esterilla. 

El yoga te mueve a comer de forma más saludable y con más consciencia.

Además, las dimensiones espirituales y emocionales de tu práctica pueden animarte a abordar cualquier problema por el que estés pasando.

Cuando llevas un tiempo haciendo yoga comienzas a notar cómo la práctica resuena con otras áreas de tu vida.

3. Mejora la concentración

Un componente importante del yoga es centrarse en el presente. Los estudios han descubierto que una práctica regular de yoga mejora la coordinación, el tiempo de reacción y la memoria. 

En especial la meditación, mejora la capacidad de resolver problemas y adquirir y recordar mejor la información, probablemente porque quienes la practican se distraen menos con sus pensamientos en lugar de dejar que estos se repitan en bucle una y otra vez y los arrastren con ellos.

4. Te ayuda a relajarte: 

El yoga te lleva a relajarte, a ralentizar la respiración y a centrarte en el presente, cambiando el equilibrio del sistema nervioso simpático (o la respuesta de lucha o huida) al sistema nervioso parasimpático.

Si tienes problemas de insomnio, el yoga te ayudará a dormir mejor y más profundamente. Y si duermes mejor, estarás más descansado y tendrás menos estrés. 

Si buscas ayuda para dormir, prueba los estilos de yoga más relajados como  yoga restaurativo, yin yoga o yoga nidra. También ayuda practicar técnicas de pranayama (respiración).

5. Te enseña a sentirte mejor contigo mismo

La falta de autoestima es una de las ansiedades que compartimos la gran mayoría en este mundo moderno en el que vivimos. Esta puede presentarse de muchas maneras: sobretrabajo, con la comida, insomnio…

Si practicas con regularidad con la intención de autoexaminarte y mejorar puedes acceder a un lado diferente de ti mismo. Experimentarás sentimientos de gratitud, empatía y perdón, así como la sensación de que formas parte de algo más grande. 

6. Atención plena 

El yoga y la meditación te hacen ser más consciente. Y cuanto más consciente seas, más fácil será liberarte de emociones destructivas como la ira.  

El yoga parece reducir la ira al aumentar los sentimientos de compasión e interconexión y al calmar el sistema nervioso y la mente. 

También aumenta tu capacidad para alejarte de los dramas que te montas en tu cabeza, para mantenerte resiliente ante las malas noticias o las situaciones de incertidumbre. 

La atención plena (mindfulness) nos otorga esa fracción de segundo para elegir un enfoque más reflexivo, reduciendo el sufrimiento para ti y para los demás. Actuar en vez de reaccionar. 

Cultivar la atención plena es el inicio de la transformación personal.

7. Te enseña a tratarte mejor (autocompasión)

El primer principio del yoga (la base de nuestra práctica del yoga) es ahimsa, que se traduce como no violencia. Ahimsa es el primero de los yamas, las directrices éticas establecidas en los Yogasutras de Patanjali.

En el yoga, ahimsa es sinónimo de autocompasión y autocuidado.

Así que el yoga está basado en tratarte con compasión. 

Cuando practicamos yoga estamos creando espacio para la autocompasión. Nuestra voz crítica sigue ahí, pero aprendemos a acallarla con bondad y consciencia.

8. Tratar mejor a los demás (compasión)

Una práctica regular de yoga ayuda a desarrollar la amabilidad, la compasión y una mayor ecuanimidad. Junto con el énfasis de la filosofía yóguica en evitar el daño a los demás, decir la verdad y tomar sólo lo que necesitas, esto puede mejorar muchas de tus relaciones.

Creadora de contenidos en Flowrece. Alma flexible, cuerpo inflexible y mente dispersa que intenta poner una chispa de mindfulness en todo lo que hace.